Tengo dudas sobre si comprar una sabana de sujeción o las barreras para la cama, ¿me podrían asesorar?
En la medida de lo posible, el uso de sujeciones físicas debe ser valorado por un profesional que conozca a su familiar y revise los riesgos que está corriendo. Tanto el uso de barandillas como de sabanas de sujeción se consideran actualmente como medidas a considerar sólo en casos en los que otras medidas de modificación conductual no funcionen. Está demostrado también que el uso de sujeciones en personas con deterioro cognitivo no se recomienda. Considerando este hecho, en principio, siempre es preferible utilizar barandillas para la cama, pues tienen menores efectos secundarios que las sábanas de sujeción. Estas últimas normalmente pueden producir presión en determinados órganos, como también aumentar la agitación en la persona con demencia, pues le impedimos el movimiento.
En el uso de barandillas debe comprobar:
- Que la persona no pueda caer entre el colchón y la barandilla.
- Que no existen riesgos de atrapamiento de ninguna parte del cuerpo de la persona en la barandilla, o en los espacios que queden entre ella y cualquier parte de la cama.
- Que sacudir la cama o la barandilla, o apoyarse en ella, no desbloquea la barandilla permitiendo que caiga libremente.
Existen protocolos de actuación que deben ser seguidos si pretendemos que el uso de sujeciones obtenga los beneficios perseguidos, sin causar perjuicios, o causando los mínimos. Una vez aplicada una sujeción física, es necesario aplicar medidas de vigilancia, entre otras, del estado de ánimo, existencia de posturas perjudiciales, compresión de algún miembro, rigideces musculares, temperatura de manos y pies, necesidad de ir al baño, etc.
Además de estas medidas, deben realizarse las siguientes acciones:
- Cambios posturales cada dos horas, también para evitar que se desarrollen úlceras de presión.
- Intervención, si es posible, de un fisioterapeuta, realizando masajes, movilización pasiva y activa, etc. para evitar rigideces y atrofia muscular.
- Llevar al baño cuando precise, o como mínimo cada dos horas.
- Dar friegas en la piel de las zonas de apoyo.
- Dar conversación, leer para la persona, escuchar música, cada poco tiempo.
- Hacer caminar (si es mínimamente capaz) un poco cada media hora.
- Liberar para comer y otras actividades sociales.
- Facilitar alguna actividad de entretenimiento (manualidades, música, etc.).
- Ubicar en zonas tranquilas pero frecuentadas (para evitar el aislamiento).
Finalmente, cabe destacar que existen alternativas a las sujeciones físicas, que detallo a continuación:
- Colchones cóncavos.
- Sistemas para facilitar el reconocimiento del borde la cama.
- Colchones de agua.
- Cojines de posicionamiento.
- Almohadas del largo del cuerpo.
- Suelos mullidos o colchones de gimnasia a ambos lados de la cama.
- Colchón en el suelo.
- Silla o mesa al lado de la cama para facilitar la trasferencia.
- Tiras antideslizantes en el suelo a los lados de la cama.
- Mejora de la iluminación.
- Facilidades para encender la luz.
- Asegurar zonas de paso libres de muebles.
- Puertas de salida bloqueadas.
- Tapar puertas.
Rosa Mª Brescané
Representante de CEAFA. Comité Científico kNOW Alzheimer