¿Cuáles son los actuales tratamientos de Alzheimer?
Antes de comenzar a hablar de medicamentos es necesario aclarar lo que significa un tratamiento curativo y un tratamiento sintomático:
- Un tratamiento curativo es aquel que devuelve al individuo al estado que presentaba antes del inicio de la enfermedad. El ejemplo clásico son los antibióticos para las infecciones.
- Un tratamiento sintomático es aquel que alivia los síntomas o incluso los hace desaparecer aunque la enfermedad siga ahí. Un ejemplo sería los antiinflamatorios para el dolor de la artrosis de rodilla.
Dicho esto, si nos centramos en la EA, a día de hoy no existe ningún tratamiento curativo. Existen fármacos y tratamientos no farmacológicos, que han demostrado enlentecer la progresión de la enfermedad, aunque no son capaces de revertirla. Hablaremos de este grupo terapéutico:
- Los inhibidores de la acetilcolinesterasa (IACE) se desarrollaron como tratamiento después de descubrir que existía un déficit del funcionamiento de una sustancia llamada acetilcolina y eso provocaba un deterioro del funcionamiento cognitivo de los pacientes con EA. En este grupo se incluyen el donepezilo, la rivastigmina y la galantamina, los cuales, además de inhibir la acetilcolinesterasa, presentan cada uno alguna peculiaridad. Los ensayos controlados doble ciego han demostrado que los tres tienen el potencial de mejorar levemente la cognición, el funcionamiento diario y la conducta en los pacientes con EA en grado leve o moderadamente grave durante períodos de tiempo entre 6 y 18 meses. A su vez, la mejoría que también se advierte en las actividades de la vida diaria disminuye el impacto emocional sobre el cuidador y reduce los costes. Su uso debe contemplarse siempre que se realice el diagnóstico de demencia tipo Alzheimer, en cualquier fase, y siempre que no existan contraindicaciones absolutas a nivel cardiopulmonar para su utilización
- La memantina, que supone el otro grupo farmacológico, actúa sobre el funcionamiento de una sustancia llamada glutamato. En los pacientes con EA moderada a grave, la memantina mejora el déficit cognitivo, el funcionamiento en las actividades de la vida diaria y la conducta. A nivel cognitivo, se observa un aumento significativo del número de pacientes que mejoran en áreas del lenguaje, memoria y habilidades motoras. A su vez, también se ha visto una mejoría a nivel de conducta tanto en agitación como agresividad. Sus efectos secundarios son menores que los de los IACE, y un amplio ensayo clínico que incluyó pacientes tomando ya donepezilo, indicó beneficios sintomáticos al añadir la memantina. Se habla de un efecto sinérgico. No se recomienda su uso en fases menos avanzadas, al ser los resultados un tanto contradictorios.
Un tema controvertido es cuándo retirar los fármacos para la EA a lo largo de la evolución de la enfermedad. La respuesta es complicada en fases muy severas, tanto para la memantina como para los IACE. Hay que detener el tratamiento con estos fármacos cuando el paciente deja de beneficiarse de su uso, pero esto es algo difícil de determinar en los individuos con EA avanzada, cuando los pacientes difícilmente entablan relación con sus familiares o cuidadores. Si no se aprecian efectos adversos, puede valorarse cuidadosamente y de forma individualizada su retirada. En esta situación se debe pensar cada caso de forma independiente, no existiendo guías de consenso de actuación.
A modo de apunte, cabe resaltar que la estimulación cognitiva a través de talleres de memoria u otros abordajes no farmacológicos, a pesar de que no ha demostrado una eficacia significativa a la hora de frenar el curso evolutivo de la enfermedad, ni tampoco como prevención primaria de la misma, sí sabemos que ejerce un efecto beneficioso en los pacientes y cuidadores, no sólo de índole cognitiva sino también conductual, por lo que lo recomendamos.
Expectativas de mejoras sobre tratamiento Alzheimer. Responde el Dr. Pablo Martínez Lage.
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