Los síntomas de alarma son:
- Síntomas emocionales: ansiedad, depresión, irritación contra otros, manías obsesivas y conductas recurrentes, culpabilidad, hipocondría, entre otros.
- Síntomas psicosomáticos: insomnio, anorexia, taquicardia, dolores varios, acidez, mareos, fatiga crónica, alopecia.
- Mayor facilidad para contraer enfermedades orgánicas.
- Problemas de conducta: pérdida de autocuidados, aislamiento, pérdida de amistades e incluso de trabajo, abandono del cuidado a otros miembros de la familia.
- Se puede llegar al llamado síndrome de burn-out o del cuidador quemado, en el que el cuidador ha agotado sus reservas psicofísicas y se encuentra desmotivado y abúlico, desbordado por la situación,sin capacidad para enfrentarse a los problemas, con comportamientos deshumanizantes y síntomas de despersonalización.
Para detectar y valorar la sobrecarga del cuidador quemado, la herramienta más utilizada es la escala de Zarit ( Tabla de abajo ). Es un cuestionario autoadministrable, con medidas subjetivas de frecuencia sobre 22 ítems. Ha sido adaptado y validado en su versión castellana con una puntuación de cada ítem de 1 a 5 (valorando la frecuencia de cada supuesto de “nunca” a “casi siempre”). No existen normas ni puntos de corte establecidos; sin embargo, suelen considerarse indicativos los siguientes valores:
• No sobrecarga: hasta 45 puntos.
• Sobrecarga leve: de 46 a 54 puntos.
• Sobrecarga intensa: a partir de 55 puntos.