¿Qué puede hacer la Geriatría por un enfermo de Alzheimer en grado severo para mejorar su deslocalización?
La desorientación en el tiempo y el espacio es uno de los síntomas de la esfera cognitiva de frecuente aparición en los pacientes con enfermedad de Alzheimer. Suele progresar con el curso de la enfermedad, de forma que en fases leves de la misma la desorientación espacial sólo se manifiesta en entornos poco habituales o conocidos, apareciendo en el propio domicilio en fases moderadas y graves (no encuentran su habitación, o el baño, por ejemplo). Hay que diferenciarla de otros síntomas no cognitivos que pueden aparecer en estas fases más avanzadas, como son el no reconocer su propio domicilio, o confundirlo con otro (falsos reconocimientos). En este caso se trata de un síntoma de tipo neuropsiquiátrico, de la esfera psicótica, y requiere un tratamiento farmacológico específico (neurolépticos, habitualmente), ya que causan gran estrés en paciente y cuidador (el paciente quiere ir “su domicilio”, cree estar retenido, etc.).
Las medidas no farmacológicas recomendadas forman parte de lo que se denominan Terapias de Orientación a la Realidad. Habitualmente se deben ligar a las actividades cotidianas del paciente. “Es por la mañana, nos toca desayunar, vamos a la cocina…”. Se recomienda señalizar adecuadamente el entorno doméstico del paciente mediante fotos, dibujos, gráficos, en las distintas habitaciones que le ayuden a relacionar el espacio con la actividad a realizar (foto del paciente en la puerta de su habitación, dibujo alusivo en el baño, comedor, etc.). En las Residencias, se recomienda que los pacientes cuenten en su habitación con elementos domésticos propios de su domicilio, fotos familiares, etc. que le hagan un entorno lo más propio posible.
Otro aspecto a reseñar es el de la seguridad. Cuando el paciente mantiene suficiente funcionalidad física como para desplazarse de forma autónoma, el riesgo de pérdida por desorientación espacial debe estar siempre presente. En las fases leves, asumir ese riesgo para no limitar en exceso la funcionalidad del paciente es un tema complejo que habrá que pactar con la familia. Siempre se recomienda que el paciente vaya lo suficientemente identificado, con una tarjeta donde conste su situación, domicilio, teléfono de contacto, etc. En fases más avanzadas, sobre todo en Centros, Residencias, etc., se utilizan cada vez más dispositivos (pulseras, relojes, chips en zapatos, etc.) basados en tecnología GPS para poder localizar en todo momento al paciente.
En todo caso, hay que procurar que el paciente se encuentre seguro, y en un entorno lo más amigable posible, aunque no sea capaz de reconocerlo cabalmente.