Buenas noches, mi mamá esta internada porque después de una operación de cadera se nos vino más abajo por su Alzheimer y según la fonoaudiólaga no puede deglutir. Ella solo la miro sin hacerle estudios, por lo tanto la alimentan con sonda. La cosa es que mamá toma agua y hasta comió pure de manzana, ¿cómo es eso? ¿Me ayudan, por favor? Estoy desesperada, gracias
Muchos pacientes con enfermedad de Alzheimer pueden presentar disminución de la ingesta de alimentos, pérdida de peso y malnutrición. Es importante realizar una valoración nutricional adecuada. Se ha observado que el riesgo de perdida de peso se asocia con la progresión de la enfermedad. La causa de la pérdida de peso es multifactorial. Los factores que pueden influir en la disminución de la ingesta de alimentos son:
– Pérdida de apetito, favorecida por una disminución de la sensibilidad al gusto
– Deterioro de la memoria y alteraciones del comportamiento
– Apraxias, dificultades para la autoalimentación, disfagia…
La falta de atención y de memoria puede hacer que los enfermos se olviden de alguna ingesta. En los pacientes, en ocasiones, necesitan ayuda parcial para la alimentación, y en ocasiones mastican o degluten los alimentos de modo insuficiente. Existe una disminución de los olores y sabores, y más infecciones bucales, lo que puede empeorar un rechazo previo a la comida. También es común la disfagia para líquidos y posteriormente para sólidos.
En los pacientes graves hay una dependencia del cuidador para la alimentación. Aparecen problemas importantes de deglución, y el paciente además puede negarse a comer.
Los objetivos de una nutrición adecuada deben ser:
– Mantener un buen estado nutricional y evitar la malnutrición
– Aportar ingesta proteica suficiente
– Asegurar hidratación correcta
– Evitar el estreñimiento
– Facilitar la deglución
– Conseguir el nivel máximo de autoalimentación
Si existe alteración de la deglución es importante modificar la consistencia de líquidos (con espesantes) y/o de sólidos. La disfagia es frecuente en la demencia avanzada y aparece independientemente de la etiología, y suele agravarse con la progresión de la enfermedad. Para favorecer la deglución suelen emplearse medidas como una dieta blanda adaptada a las preferencias del paciente, el uso de espesantes en la disfagia a líquidos y una correcta hidratación. También son eficaces las posturas facilitadoras de la deglución.
Si no se llegan a aportar los requerimientos necesarios, es útil utilizar purés y papillas enriquecidos. Si aun así se come poco, se planteará el uso de suplementos nutricionales. Es importante comprobar también la temperatura de la comida, porque en la enfermedad muy avanzada el paciente no distingue entre caliente-frío y está expuesto a lesiones.
En algunos pacientes avanzados puede pensarse en alimentar al paciente por sonda nasogástrica; sin embargo, se ha demostrado que la nutrición por sonda nasogástrica o gastrostomía no previene la neumonía por aspiración, no mejora los parámetros nutricionales, no disminuye las úlceras por decúbito, no mejora las complicaciones infecciosas o el estado funcional, ni el confort o la supervivencia.
Esperando haberle sido de utilidad, reciba un cordial saludo.

Rosa María Rodríguez Fernández

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