Mi suegro (80 años) está diagnosticado de Alzheimer leve-moderado (variante conductual) y se niega categóricamente a ir a su centro de día. Lleva todo el mes de marzo sin ir. ¿Qué estrategia podríamos adoptar para convencerlo de que vaya?
Intentar convencer a una persona con demencia es un recurso muy poco utilizado, pues da escasos o nulos resultados. Incluso, en algunas ocasiones, puede ser contraproducente. Además, en algunos casos, el centro de día es identificado como un lugar donde se les “aparca”, lo que provoca mínima motivación, de ahí que sea importante aclarar que representa una actividad diaria fundamental de cara a su tratamiento, que es su “colegio” (como le llaman muchos). Lo primero que tendríamos que saber es qué ocurre (o ha ocurrido) en el centro de día para que él ya no quiera asistir. Se puede profundizar en los motivos con él mismo, como también conocer la visión que tienen en el propio centro. También sería positivo conocer qué le motivó a ir anteriormente y si esa motivación aún existe o ha desaparecido. Finalmente, se puede utilizar la negociación con él, siempre mostrándole que es él quien finalmente decide. Una opción, por ejemplo, es empezar a ir un día por semana o sólo algunas horas y si es posible ir aumentando el tiempo paulatinamente. También es importante saber cuál es la alternativa que tiene si no va al centro y qué tiene la misma de atractiva. Normalmente se evita una actividad o porque no es agradable o porque existe una opción mejor, es importante investigar todos estos factores.