Mi madre tiene 93 años, y lo que básicamente le pasa es que le cuesta mucho encontrar las palabras para explicarse o las que dice no son las «correctas», y se desespera… ¿Hay algún ejercicio que se pueda hacer para que mejore? ¿O al menos intentarlo?
Las alteraciones del lenguaje que me comenta son frecuentes en las personas con deterioro cognitivo y en la Enfermedad de Alzheimer, donde acompañan a otros deterioros de funciones superiores (memoria, orientación, capacidad de juicio, etc.). Con frecuencia traducen la existencia de problemas vasculares cerebrales.
Uno de los deterioros del lenguaje que con más frecuencia encontramos en la Enfermedad de Alzheimer es lo que denominamos anomia (dificultad para nombrar objetos o personas). La palabra que quiere decir no termina de fluir, se queda “en la punta de la lengua”, teniendo que recurrir el paciente a dar un rodeo para explicar lo que quiere (“dame eso para escribir”, en vez de bolígrafo, por ejemplo). Otra alteración frecuente son las disfasias o las afasias. En ellas puede haber dificultad para entender el lenguaje, o, lo que parece pasarle a su madre, para expresar lo que se quiere decir. El paciente sabe lo que quiere decir, pero la palabra no fluye, o sale otra palabra diferente a la que pensada. En muchas ocasiones el problema afecta tanto a la comprensión como a la expresión del lenguaje. Es frecuente también que el lenguaje se empobrezca, perdiendo el paciente vocabulario, y limitándose progresivamente la comunicación oral. En fases avanzadas de la Enfermedad de Alzheimer, el lenguaje oral se limita mucho, apareciendo fenómenos como la ecolalia y la palilalia (el paciente repite la última palabra o sílaba que oye), y reduciéndose la comunicación a frases cortas o palabras sueltas…
Los logopedas (profesionales encargados de la rehabilitación del lenguaje) utilizan ejercicios de denominación (mostrar objetos para decir su nombre), identificación de objetos (de entre un grupo de dibujos, señalar el que le indiquemos), repetición de sílabas o palabras, completar frases o refranes (“al mal tiempo, buena…”, “más vale tarde que…”), repetir o completar canciones conocidas por el paciente, conteo (días de la semana, meses del año, números, etc.), construir palabras a partir de letras o sílabas, etc. Habitualmente estos ejercicios de lenguaje forman parte de los programas de estimulación cognitiva global, junto a los de atención, memoria, orientación en tiempo y espacio, relajación, etc. que se suelen seguir en Centros de Día y Unidades de Rehabilitación Cognitiva.