Me gustaría que me orientaran sobre cómo se ha de atender al paciente con Alzheimer en consulta de Atención Primaria, teniendo en cuenta el primer contacto con el mismo y las recomendaciones que debemos hacer a los familiares con respecto a la nueva etapa que este diagnóstico representa.
Considero que nos plantea dos cuestiones muy amplias: cómo debe ser el primer contacto con el enfermo de Alzheimer en la consulta, y qué recomendaciones debemos hacer a los familiares.
Lo primero que debemos considerar en Atención Primaria es una actitud activa de sospecha, ante signos o quejas que sugieran trastornos relacionados con el deterioro cognitivo y la demencia (quejas de olvidos, pérdida subjetiva de memoria, desorientación, cambios de carácter, etc.) (Grado de recomendación C). A estos pacientes debemos realizarles una valoración amplia que incluya, además de la historia clínica, la exploración física y neurológica, la valoración cognitiva, funcional y afectiva utilizando escalas breves, y las pruebas complementarias que consideremos oportunas, con la finalidad de valorar si nuestro paciente cumple los criterios de demencia establecidos (DSM-IV, CIE-10, SEN) (Grado de Recomendación B). Es conveniente citar al paciente con sospecha de Enfermedad de Alzheimer en una consulta programada para poder hacer la entrevista y la valoración son tiempo y también para recoger información de los familiares que corrobore las quejas del paciente.
Respecto a la información y recomendaciones, hay que recordar que aquella es un acto médico y un derecho del paciente. Tenemos que ser conscientes de que no se trata de un acto puntual, sino de un proceso continuado que debe adaptarse a las necesidades del paciente. En cada nivel debemos aportar información, pero al ser un acto delicado, sobre todo la comunicación del diagnóstico debe ser realizada por un médico que conozca el proceso y que pueda responder a las dudas que se puedan plantear, o remitir a la respuesta oportuna.
Algunas consideraciones son:
- Al enfermo siempre se le ha de comunicar y confirmar el déficit por el que acude a consulta.
- Es importante valorar el grado de aceptación, y si se prevé una mala aceptación, el paciente no debe estar presente en el momento inicial de la comunicación del diagnóstico a la familia.
- No sólo se debe comunicar el diagnóstico, el pronóstico, y evolución, también los posibles tratamientos y recursos sociosanitarios disponibles, tanto para el paciente como para los familiares.
- Hay que dejar claro que va a recibir el tratamiento adecuado y que para ello es imprescindible su colaboración.
- Transmitirle nuestra total disponibilidad de acompañarle en el proceso, para atender sus dudas y satisfacer sus necesidades, presentes y futuras.
- Siempre que hablemos con un enfermo de Alzheimer debemos utilizar un estilo de comunicación que ayude al paciente a orientarse, presentándonos, evitando preguntas que le puedan producir inquietud, hablando con claridad, utilizando frases cortas y palabras sencillas.