El envejecimiento es un proceso progresivo de cambios que se van sucediendo con el paso del tiempo en todos los órganos del cuerpo y suponen una reducción en su capacidad funcional y un incremento de la vulnerabilidad del organismo. Los genes (en un 25% aproximadamente) y el ambiente y el estilo de vida (en un 75% aproximadamente) intervienen en un buen estado de salud y en la longevidad media de cada persona. España es uno de los países más longevos de la Unión Europea y se estima que para el año 2050 la población de 65 años o más duplicará a la población de niños (0-14 años) por primera vez en la historia.
Los cambios fisiológicos, psicológicos y sociales que acompañan al envejecimiento afectan el estado nutricional de las personas mayores. Se estima que existe desnutrición en un 5-10% de los ancianos independientes que viven en su domicilio y hasta en un 30-65% de los ancianos institucionalizados y hospitalizados. En particular, los cambios con una mayor influencia sobre el estado nutricional del anciano son los relacionados con el aparato digestivo. Por ejemplo, en la boca existe una pérdida de dentición y una disminución de la salivación y en el estómago y en el intestino hay una tendencia a la atrofia de las mucosas y se producen pérdidas en la función motora, con la consiguiente disminución en la absorción de los nutrientes de los alimentos. Todos estos cambios en el aparato digestivo derivados del envejecimiento pueden interferir o condicionar la alimentación y, consecuentemente, el estado nutricional del anciano. Otros cambios vinculados al estado nutricional del anciano son las pérdidas musculares (sarcopenia), las pérdidas óseas (se suelen acompañar de osteoporosis) y las deficiencias en los sentidos, en especial el gusto y el olfato, que pueden dar lugar a inapetencia a la hora de comer y empeorar el estado nutricional del anciano. Con la edad también decae la actividad del sistema inmunitario -lo que se denomina inmunosenescencia- y se produce la pérdida de bacterias beneficiosas del intestino, especialmente las bifidobacterias. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a menudo es difícil diferenciar entre los cambios aparecidos en el transcurso del envejecimiento y los que surgen a lo largo de enfermedades crónicas.
Finalmente, la población geriátrica es una población altamente sensible a los efectos adversos debidos a interacciones entre alimentos y medicamentos. Esto es debido a que consumen un mayor número de fármacos y presentan una capacidad alterada de absorber, metabolizar y/o excretar fármacos. Además, la malabsorción de nutrientes secundaria a los cambios en el aparato digestivo debidos a la edad avanzada puede estar provocada o favorecida por la ingesta de determinados medicamentos.
La desnutrición es un problema importante y frecuente para la población que envejece y un buen estado nutricional ayuda en el mantenimiento de la independencia y la calidad de vida. Junto con los cambios relacionados con el aparato digestivo, el envejecimiento condiciona pérdidas musculares, óseas, deficiencias en el gusto y el olfato y una disminución de la actividad del sistema inmunitario que pueden comprometer el estado nutricional del anciano.
Consejos sobre alimentación y estilo de vida en el contexto de la salud mental
- Diversos estudios han concluido que el elevado consumo de pescado actúa como protector cerebral, pues los ácidos grasos omega-3 son fundamentales para su formación y crecimiento.
- El envejecimiento afecta la capacidad funcional de diversos órganos, lo que implica que el cuidador o familiar tenga que colaborar en hacer la compra, preparar la comida e incluso facilitar el desplazamiento o traslado del anciano de un lugar a otro.
- A la hora de planificar los menús semanales en población geriátrica hay dos sustancias que, ingeridas en exceso, pueden dañar el cerebro: la grasa -y, en particular, el colesterol- y el alcohol.
- Fraccionar la ingesta de alimentos en 3 comidas principales a lo largo del día y asegurar que la ingesta de proteína sea la mitad de origen animal y la otra mitad vegetal es una buena recomendación para evitar el deterioro mental.