¿Es normal que tengan ataques de ira e intenten agredir?
Los síntomas que usted describe forman parte de los trastornos de conducta y psicológicos asociados a la enfermedad de Alzheimer, especialmente en fase moderada, que supongo es en la que se encuentra su familiar. Éstos incluyen las reacciones violentas y agresivas, la ansiedad, el oposicionismo, la negatividad, la labilidad emocional, la apatía, etc. Estos síntomas son aún más persistentes si la personalidad previa tendía a ellos. Recuerde que debe evitarse intentar razonar y menos tomarse sus conductas como algo personal, porque no son más que manifestaciones de la enfermedad. En ocasiones, la agresividad a la que usted se refiere no es más que una conducta defensiva a la confusión y desorientación que siente, es el modo que tienen de comunicar su frustración y disgusto. Puede que sienta que su familiar no reconoce ni valora lo que están haciendo; esto también forma parte de la enfermedad. Le sugerimos que le dé tiempo y tenga paciencia, estos síntomas suelen pasar a medida que avanza la enfermedad. Normalmente, existe un momento del proceso de deterioro en que se entregan al cuidado y los trastornos de conducta disminuyen, pero mientras tanto hace falta una gran dosis de paciencia y comprensión. Si usted se enfrenta a estas conductas, se desgastará y ella se resistirá con más fuerza. Lo más importante es que la persona enferma se sienta querida y atendida, seguro que lo está consiguiendo.
Por otro lado, también es cierto que existen algunas condiciones que pueden potenciar trastornos de conducta: aburrimiento, exceso de estimulación, aislamiento, escaso conocimiento de la familia en el manejo de las manifestaciones, forzarla a hacer actividades que no quiere hacer, tratarla como a una niña, etc. De ahí que es importante que observe qué es lo que ocurre antes de las conductas que usted describe y si hay algún momento del día en que surjan con mayor frecuencia para que pueda manejarlo mejor.
Le señalo algunas sugerencias concretas que es preferible evitar:
• Discutir con la persona con demencia, es mejor ponerse de acuerdo con ella.
• Tratar de razonar con ella, mejor distraer su atención.
• Avergonzarle, es mejor reforzar lo positivo y obviar lo inadecuado.
• Tratar de darle lecciones, es mejor serenarla.
• Pedirle que recuerde, es mejor rememorarle las cosas y los hechos.
• Decirle “ya te dije”, es preferible repetírselo cuantas veces haga falta.
• Decirle “tú no puedes”, mejor dígale “haz lo que puedas”.
• Exigirle u ordenarle, es preferible que le pregunte o enseñe.
• Forzarle, es preferible que la invite o sugiera la actividad.
Rosa Mª Brescané
Representante de CEAFA. Comité Científico kNOW Alzheimer