Quería preguntar si es posible dirigirme a ustedes a algún contacto en particular que me puedan dar en referencia a unos parches (Exelon 9.5) que lleva tomando mi madre, enferma de Alzheimer de hace años, pero que ahora al entrar en residencia geriátrica, le han quitado… Nos han dicho que tras muchos años de uso ya no hacen efecto, pero nosotros creemos que le han ido bien porque la enfermedad ha avanzado muy lentamente en estos años y ahora parece que desde que no los toma va a peor…
Un saludo y espero que puedan ayudarme.
Si pregunta es muy pertinente y no tiene una única respuesta. Los parches que ha venido usando su madre contienen un principio activo, Rivastigmina, que ha demostrado su eficacia, modesta pero real, en pacientes en fases leves y moderadas de la enfermedad de Alzheimer en aspectos como la memoria, la funcionalidad y la impresión clínica global del paciente. En los pacientes que responden positivamente al tratamiento no todos lo hacen) parece que la evolución de la enfermedad es más lenta y con menos complicaciones. No están indicados para su uso en la fase grave de la enfermedad, fase en la que no han demostrado eficacia. Es claro por tanto que no se debe iniciar un tratamiento con Rivastigmina en pacientes en fase grave de la enfermedad.
La duda surge en cuándo retirar un tratamiento que, en principio, está funcionando adecuadamente según me comenta. En algunos ámbitos se recomienda retirar este y otros fármacos similares cuando en una prueba cognitiva (el Minimental State Examination de Folstein) el paciente puntúa por debajo de diez, entendiendo que corresponde a una fase avanzada de la enfermedad. La mayoría de las recomendaciones de grupos de expertos y sociedades científicas desaconsejan esta práctica. La decisión de retirar el tratamiento debe ser consensuada entre equipo médico y familia, y debe obedecer a una evaluación global del estado cognitivo, funcional, neuropsiquiátrico, etc. del paciente, del estadio en que se encuentra y de los objetivos terapéuticos que se persiguen. Existen criterios administrativos (necesidad de visado por parte de inspección sanitaria) y economicistas que “complican” el uso de estos fármacos. En todo caso, si se retira el tratamiento y se observa un empeoramiento del paciente se aconseja su reintroducción.
Parece de sentido común, aunque es de práctica habitual desafortunadamente, no hacer los cambios de tratamiento en el momento de las transiciones de lugar de residencia (ingreso en hospital, Residencias, etc.), momentos de estrés que requieren una fase de adaptación y en los que los empeoramientos difícilmente son atribuibles a una sola circunstancia.
Esperando haberle sido de utilidad, reciba un cordial saludo.

José Manuel Marín Carmona

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