El momento del baño es una situación que suele desencadenar conductas disruptivas en una persona con demencia. Podemos imaginar que le provoca mucho pudor, además de sentirse muy vulnerable si es bañado por sus hijos a quienes alguna vez bañó ella misma. Recuerde que es evidente que sus capacidades cognitivas están deterioradas; sin embargo, su amor propio, su pudor y su dignidad se mantienen soterradas en ocasiones y dan la cara en estos momentos más delicados. Así que le sugerimos que muestre cierta flexibilidad con este tema, donde el límite sea la higiene y el riesgo de infecciones, pero siempre respetando inicialmente sus hábitos: el modo de bañarse, la hora, el tiempo que tarda, etc. Procure hacerlo siempre a la misma hora, y considerando sus deseos para que no resulte muy violento. Los hábitos de higiene de las personas mayores son distintos a los que conocemos actualmente. Quizás ella prefiera lavarse por partes, averigüe cuáles han sido sus hábitos previos. Tenga en cuenta que les cuesta razonar, el juicio está disminuido y la memoria deteriorada, por lo tanto, puede que no entienda lo que le está diciendo ni entienda por qué ha de tener que bañarse. Comparto con usted que es importante que esté aseada, pero no le exija ni le obligue porque eso sólo provocará más resistencia.
Rosa Mª Brescané
Representante de CEAFA. Comité Científico kNOW Alzheimer