Llevo un año y medio cuidando a una señora de 89 años que tiene un principio de Alzheimer. También tiene problemas con una cadera (lleva una prótesis) y tiene que caminar con un taca-taca. Al principio no tenía problemas con ella, pero estos últimos meses la noto más agresiva conmigo, me contesta mal y de una forma muy desagradable. Ella tiene un carácter bastante fuerte y yo no sé si esto que le está pasando tiene que ver con el Alzheimer o con su carácter, y por tanto tampoco sé cómo debo actuar: si no tenerlo en cuenta o hacerle algún comentario al respecto.
Es muy frecuente en pacientes afectos de enfermedad de Alzheimer que se produzcan cambios de carácter con mayor agresividad hacia su cuidador principal, sea éste de la familia o no. Debe intentarse siempre reorientar al paciente a la realidad, es decir, “razonar”, por lo menos una vez cuando se producen conflictos; sin embargo, cuando el paciente no se muestra receptivo, lo siguiente es cambiar el foco de atención, es decir, distraerla, o bien saliendo a la calle, o bien poniendo la tele o bien hablando de otro tema diferente. Si la situación es más dramática, y la agresividad ya es más manifiesta, es responsabilidad de su neurólogo o médico que la trate ajustarle un tratamiento correcto que haga que la paciente esté bien consigo misma y con su entorno. No estoy hablando bajo ningún concepto de sedar.
La familia debe implicarse en esto porque, a fin de cuentas, ellos son los responsables morales y legales de la paciente, así que debería hablar con ellos y que se impliquen de la forma correcta.