La enfermedad de Alzheimer (EA) representa la forma más frecuente de demencia y una de las principales causas de discapacidad en las personas de edad avanzada. La depresión es un síntoma común y afecta a alrededor de la mitad de los pacientes en algún momento durante la enfermedad.
La unión de depresión y EA disminuye la calidad de vida de las personas con demencia y se asocia a un mayor deterioro en las actividades de la vida diaria. Los síntomas clínicamente significativos de la depresión aumentan la mortalidad, generando una importante carga al cuidador y elevando los costes de atención. Identificar los factores de riesgo para la depresión puede contribuir con su detección y prevención precoz, reduciendo así la discapacidad general y dichos costes.
Si se analizan todos los síntomas neuropsiquiátricos (SNP) en sujetos con EA, la apatía resulta ser el más frecuente de ellos, con una prevalencia del 49%, seguido de depresión, agresión, ansiedad y trastornos del sueño, con prevalencias del 42%, 40%, 39% y 39%, respectivamente. Por el contrario, los síntomas menos prevalentes fueron irritabilidad (36%), trastornos del apetito (34%), comportamiento motor aberrante (32%), ilusiones (31%), desinhibición (17%) y alucinaciones (16%).
Peculiaridades de la depresión en los pacientes con demencia
Recientemente se publicó la primera revisión sistemática de siete estudios prospectivos que investigaron los factores de riesgo para la depresión en personas con EA leve a moderada. En más de un estudio se evidenció que el riesgo de depresión fue pronosticado únicamente a través de una historia de trastorno psiquiátrico anterior y un mayor deterioro cognitivo.
Sin embargo, en otros estudios, los factores que pronosticaron un mayor riesgo de depresión fueron la edad más joven, encontrarse dentro de los primeros 6 meses desde el diagnóstico de la demencia, tener antecedentes familiares de trastorno psiquiátrico, neuroticismo, deterioro funcional, presencia de trastornos del sueño y agresión, y mayor riesgo cardiovascular. La relación entre los síntomas depresivos y la demencia es compleja y bidireccional.
Se sabe que un mayor deterioro cognitivo es predictivo de depresión, puesto que las personas con síntomas más graves sienten un mayor desafío de vivir independientemente cuando sufren demencia. En personas con deterioro cognitivo leve y síntomas depresivos es más probable el desarrollo de EA. Por lo tanto, el tratamiento de la depresión puede mejorar el estado funcional de las personas con EA y retrasar el inicio “del momento demencia” de la EA en personas con deterioro cognitivo leve.
Diagnóstico diferencial de la enfermedad de Alzheimer
El diagnóstico diferencial de la EA incluye un amplio abanico de presentaciones clínicas relacionadas con diferentes enfermedades neurodegenerativas y no neurodegenerativas.
Antes de la era de los biomarcadores, las formas atípicas y el predominio de la clínica psiquiátrica eran las presentaciones con mayor dificultad para el diagnóstico clínico de la EA. Con la ayuda de los biomarcadores es posible identificar la presencia de fisiopatología de EA que permita establecer un diagnóstico de mayor probabilidad en los casos atípicos.
Debido a las considerables diferencias terapéuticas y de pronóstico entre la depresión y la EA en sus primeras etapas clínicas (deterioro cognitivo leve y demencia leve debido a la EA), es necesario poder realizar un diagnóstico preciso.
Manejo no farmacológico y farmacológico del síndrome depresivo en los pacientes con enfermedad de Alzheimer
Aspectos no farmacológicos
La depresión en pacientes con demencia se asocia a complicaciones como la disminución de las actividades de la vida diaria y de la calidad de vida.
Una revisión sistemática de la literatura publicada recientemente identificó cinco factores modificables relevantes en individuos de la comunidad: dolor, síntomas neuropsiquiátricos, deterioro cognitivo, aislamiento social y calidad de vida; mientras que en pacientes institucionalizados los factores identificados como relevantes fueron los síntomas neuropsiquiátricos y la calidad de vida. La intervención no farmacológica sobre estos factores reflejó una mejora los síntomas de la depresión.
Aspectos farmacológicos
En un análisis de sensibilidad a partir de estudios que midieron depresión empleando la Escala de Cornell para la Depresión en Demencia (CSDD), se encontró escaso o ningún efecto de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRI), venlafaxina, mirtazapina y antidepresivos tricíclicos, al compararlos frente a placebo.
Esta revisión de la Cochrane concluyó que es necesario llevar a cabo más investigaciones en esta área, sobre todo teniendo en cuenta el envejecimiento poblacional y el aumento resultante de la prevalencia de la demencia.
Conclusión
No se conoce del todo la relación entre la EA y la depresión, y su naturaleza y tratamiento probablemente sean multifactoriales. No hay evidencia suficiente que afirme que los antidepresivos sean eficaces para tratar la depresión en personas con EA, pero hay que seguir investigando futuras líneas terapéuticas, siempre con una buena precisión diagnóstica de nuestros pacientes.

Sagrario Manzano Palomo

Últimas entradas deSagrario Manzano Palomo (ver todo)
- ¿Pastillas para dormir con Alzheimer? - 31 agosto, 2020
- Error en vender medicación en farmacia - 20 mayo, 2020
- Retirar medicación si no duerme bien - 20 mayo, 2020