¿Cuáles son los primeros síntomas de alarma en el estadio inicial de la enfermedad de Alzheimer?
Un objetivo asistencial fundamental en la enfermedad de Alzheimer es detectar, de forma temprana, el deterioro cognitivo, de forma que podamos realizar un diagnóstico que abarque cuestiones biológicas, psicológicas y sociales del enfermo, cuidador, familia y comunidad.
Debido a las características de la enfermedad, con mucha frecuencia son personas distintas del propio enfermo (familiares, cuidadores, etc.) las que detectan la aparición de alteraciones, y quienes los ponen en conocimiento de los profesionales, y también es frecuente que las primeras manifestaciones de que algo va mal no se relacionen con la memoria o el funcionamiento cognitivo. Por eso es importante que todos los profesionales que realicen labores asistenciales conozcan estos signos de alarma y mantengan una actitud activa de sospecha ante quejas que sugieran trastornos relacionados con el deterioro cognitivo y la demencia. La sospecha activa estará referida a las tres áreas que se ven afectadas en el síndrome de demencia:
- Alteraciones en la esfera intelectual.
- Alteraciones psicológicas y del comportamiento.
- Alteraciones en el funcionamiento normal (las actividades que realiza respecto del nivel que tenía previamente).
Primeros síntomas de la demencia tipo Alzheimer
- Problemas de memoria para recordar citas, conversaciones, sucesos recientes, ubicación de objetos. Olvidos de cierta importancia, reiterativos, que interfieren con la capacidad de realizar actividades cotidianas. También la percepción subjetiva de pérdida de memoria.
- Despistes en lugares no habituales. Posible dificultad para conducir en situaciones complicadas.
- Desorientación en el tiempo, desconocimiento de fechas principalmente u olvido de fechas significativas (cumpleaños, aniversarios).
- Aparición de errores de cálculo aritmético y presencia de faltas de ortografía en la escritura, que previamente no habían sucedido.
- Dificultad para encontrar la palabra adecuada y reiteraciones. Dificultad en mantener una conversación con varios interlocutores.
- Cambios del carácter y del humor sin causa aparente. Comportamiento pasivo, ausente, apático, irritable, desconfiado o inadecuado.
- Trastornos del sueño presentando una subexcitación nocturna que se acompaña de cierta somnolencia diurna.
- Disminución en la habilidad para ejecutar tareas cotidianas laborales o domésticas, y por tanto descenso del rendimiento y eficacia del sujeto en todos los aspectos, pero principalmente a nivel intelectual.
- Disminución de la capacidad adaptativa en todas las áreas, tanto familiar como social y laboral.
- Dificultad para solucionar correctamente problemas de difícil resolución, planear viajes, adecuar gastos; aprender a manejar nuevos instrumentos. Dificultad para realizar tareas que exijan pasos sucesivos y coordinados (síndrome de la “ventanilla”).
- Aparición de síntomas conductuales o psíquicos: ansiedad, depresión, delirios, trastornos de la sensopercepción, deambulaciones, irritabilidad, agresividad, etc.
- Aparición de cambios cognitivos: alteraciones de las funciones superiores memoria, lenguaje, cálculo, habilidades motoras, capacidad de juicio y abstracción, orientación temporoespacial, etc.
En la actualidad no existe evidencia suficiente para recomendar el cribado sistemático de demencia en la población general asintomática, ni siquiera a partir de una determinada edad. Se recomienda estar alerta ante situaciones de alarma como pérdida de memoria, deterioro funcional o trastornos de comportamiento, referidos por la familia o el propio paciente (Recomendación de Expertos PAPPS).