Mi madre se resiste a tener una cuidadora. Las echa de casa y se enfada mucho. Tampoco acepta la comida que le traen a casa los servicios sociales.
Tiene un carácter fuerte que se ha acrecentado con la enfermedad.
Estamos desesperados pues los hijos trabajamos y nos es imposible conciliar la situación laboral. No sabemos qué estrategias seguir. Es muy desesperante
Autonomía y dependencia en el Alzheimer
La pérdida de autonomía e independencia suele ser vivida con angustia y resistencia pues, de algún modo, es lo que estructura su personalidad y su forma de estar en el mundo. De ahí que, algunas personas rechacen la ayuda y quieran mantener su vida habitual y mantener su status quo.
En estos casos, lo mejor es contar con ella, respetando con consideración lo que siente, empatizando con su posible sensación de invasión e inutilidad ofreciéndole una ayuda para facilitarle la vida y no como una imposición que implique que cuiden de ella pues eso resulta mucho más amenazante. Entre otras cosas, porque puede que ni siquiera sea consciente de esa necesidad.
Es importante también que esta ayuda empiece siendo de unas pocas horas y días para ir creando vínculo que permita, en un tiempo más, ofrecer una atención más continua.
En ocasiones, es más fácil que ese apoyo lo de alguien de la familia pues lo viven de un modo más natural. Una posibilidad sería que esa comida la reciba la familia y se le congele para que sea ella quien de forma independiente pueda alimentarse sin tener la sensación de que depende de alguien.
Comprendo la situación de los hijos, a veces no es fácil cuidar, pero la misma enfermedad a veces nos obliga a reorganizar la vida del resto de la familia y hacer turnos para que su madre tenga la supervisión necesaria que implique que no esté corriendo riesgos innecesarios.
Para ello, sería positivo que contactara con alguna Asociación de Familiares (AFA) donde podrá contactar con personas que han vivido o están viviendo su misma situación, como también con profesionales especializados y con experiencia que sabrán orientarlo y apoyarlo en esta fase del proceso de la enfermedad valorando la situación de forma más profunda y sugiriendo estrategias para afrontar la situación de la mejor manera posible.
En España podrá saber si existe una Asociación en su localidad a través de www.ceafa.es.
Las conductas que describe forman parte de los síntomas asociados a la demencia y van disminuyendo con el tiempo. Igualmente, si esto se mantuviera en el tiempo y su madre estuviera corriendo riesgos de desnutrición o descuidos, sería necesario que la valorase el médico especialista por si hubiera que ajustar la medicación o prescribir otra.
Finalmente, le sugiero que se descargue nuestro Curso de Formación y Manual para Cuidadores, disponible gratuitamente en nuestra web, donde esperamos encuentre mayor orientación e información sobre cómo manejar estos síntomas y cuál es la experiencia emocional de la persona enferma, que en ocasiones no los consideramos y suelen estar debajo de síntomas que se asocian a la enfermedad y en realidad tienen mayor relación con frustración por necesidades insatisfechas y déficit en la comunicación con ellos (y entre la familia), considerando la fase de enfermedad en la que se encuentra.
Esperando haberle sido de utilidad, reciba un cordial saludo.

Claudia Morales Delgado

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