Aunque muchas personas llegan a la vejez sin presentar un deterioro mental, sí que es importante concienciar a la población sobre esta condición, así como ayudar a las familias que tienen a su cargo una persona con estas características, poniendo especial énfasis en la alimentación. La demencia afecta al estado nutricional de las personas que la sufren, debido tanto a la pérdida de peso como a los problemas de malnutrición.
Es muy importante que los cuidadores tengan nociones básicas de nutrición para prevenir los problemas de desnutrición en una persona con demencia. Aquí van 10 consejos clave:
- Asegurar un correcto aporte de proteínas de calidad: Las proteínas de origen animal y sus derivados tienen una proteína de alta calidad, aunque hemos de procurar que sean de fácil masticación y buena aceptación (buen aspecto y olores no demasiado fuertes) si la persona con demencia empieza a presentar rechazo hacia la comida. Además, los platos se pueden enriquecer a nivel proteico con levadura de cerveza, germen de trigo, leche en polvo, clara de huevo y queso curado rallado.
- Mantener una correcta hidratación: Las personas de edad avanzada no sienten la sed igual que una persona joven. Por ello, deben beber a lo largo del día sin esperar a tener sed (de 4-6 vasos entre comidas y un vaso durante estas) e incluir platos que hidraten como caldos, licuados, cremas con verduras y frutas frescas, etc. Si hay signos de rechazo a los líquidos, se pueden dar gelatinas.
- Ingerir alimentos con grasas de buena calidad: Alimentos como el aceite de oliva virgen extra, aguacate, pescado azul, frutos secos, semillas de chía, lino y sésamo, como también la leche de vaca, además de aportar grasas y nutrientes de gran valor ayudan a aumentar la ingesta calórica, hecho relevante en personas con desnutrición.
- Aumentar la ingesta de calcio y minerales en la dieta: La necesidad de calcio aumenta con la edad y es por ello que se debe asegurar una dieta rica en lácteos y derivados, ya que son los alimentos con más concentración de calcio. Los frutos secos y las semillas son una gran fuente de minerales, fibra y vitamina E. Se recomienda añadirlos en purés, yogures, papillas y cremas para aumentar la calidad nutricional del plato.
- Aportar microorganismos beneficiosos en forma de probióticos: Mantener un intestino sano es crucial para que se puedan absorber los nutrientes de la dieta, mantener un sistema inmune óptimo y evitar casos de diarrea o estreñimiento. Por ello, se recomienda tomar diariamente alimentos fermentados como el yogur, kéfir, chucrut, etc. O bien preparados probióticos en forma de complemento alimenticio.
- Asegurar una buena dosis de antioxidantes: Se deben incluir frutas y verduras de todos los colores en la dieta. Intentar que, de las dos raciones diarias de verdura recomendadas, una sea en crudo (gazpacho, ensalada, licuado, etc.). Se pueden preparar batidos de frutas con leche para concentrar en un vaso una gran cantidad de nutrientes.
- Conseguir una textura adecuada: Suele ser muy común que se presenten problemas de deglución –disfagia– cuando hay una demencia, por ello la comida debe prepararse triturada debido a las dificultades para masticar y tragar. Se debe evaluar con un profesional si hay problemas de este tipo cuando hay sospecha.
- Ofrecer platos con atractivo visual y en un ambiente relajado: Las personas con demencia suelen presentar rechazo a la comida. Ofrecerla de manera atractiva y en un ambiente que haga del momento de la comida un placer puede ayudar tanto a enfermos como familiares.
- Valorar incluir suplementos a base de vitaminas, minerales y ácidos grasos omega 3: A veces, por muy buena voluntad que se tenga para hacer lo comentado anteriormente, no se consigue un buen estado nutricional ya sea por malabsorción, dificultad a la hora de las comidas, enfermedades asociadas, etc. En estos casos se puede recurrir a suplementos nutricionales para intentar compensar las carencias en micronutrientes que el paciente pueda tener.
- Pautar, junto con un profesional sanitario, un suplemento concentrado en proteínas y calorías en caso que sea necesario: Los suplementos que se venden en farmacias a base de fórmulas hiperproteicas e hipercalóricas en forma de polvos pueden ser de gran ayuda cuando la persona presenta un estado de desnutrición. Se pueden añadir suplementos neutros en caldos, purés, cremas, etc. o bien se pueden escoger los de sabores para que se puedan tomar con leche como si de un batido normal se tratase.
En conclusión, las personas que cuidan de una persona con demencia tienen que saber estos pequeños trucos para evitar la desnutrición. Se tiene que pedir ayuda a profesionales que aconsejarán y guiarán en este camino, aunque igual de importante es que los cuidadores se cuiden de ellos mismos y tengan la fuerza necesaria para afrontar el reto de cuidar a una persona con demencia.
Consejos prácticos para una dieta en pacientes con demencia.
- Si se presenta una desnutrición o hay peligro de que pueda haberla, enriquece los platos con alimentos proteicos y ricos en calorías provechosas para el organismo. Puedes echar a las cremas, sopas, batidos, etc. alimentos como la leche en polvo, clara de huevo, queso curado, frutos secos, semillas, aceite de oliva virgen extra, o fórmulas en polvo ricas en proteínas y calorías que puedes encontrar fácilmente en la farmacia.
- Es importante incluir en la dieta diariamente alimentos de gran calidad nutricional como la carne, el pescado, el huevo, las frutas y las verduras, las semillas, los lácteos, los frutos secos y los cereales integrales. Si hay problemas para comerlos enteros, se pueden hacer purés que incluyan un alimento proteico con verdura, un lácteo y frutos secos o aceite de oliva. Por ejemplo: Crema de calabaza con pollo y nueces, todo triturado y adornado con una cucharada en crudo de aceite de oliva virgen extra. De postre se puede hacer un batido de leche entera con fresas y un poco de cacao puro.
- Acude a un profesional si la persona con demencia empieza a preferir una textura concreta o presenta tos cuando come, se le cae la comida por la comisura de los labios, le cuesta tragar, etc. Podría haber un problema subyacente llamado disfagia que podría empeorar gravemente el estado nutricional de la persona en poco tiempo.
- Intenta que el ambiente de las comidas sea lo más agradable posible, sin prisas, siempre a la misma hora y con compañía. Cuidar de una persona con demencia puede ser una ardua tarea, así que es importante que los cuidadores tengáis también vuestro espacio y momentos de relajación.